sábado, 21 de septiembre de 2019

Una coalición sin colisión


De la estabilidad local y la incertidumbre internacional

Proponemos el ejercicio de salir por un momento del barrio. Conocemos la situación en que viven nuestros vecinos: Argentina en crisis, Brasil en modo bajo crecimiento y Paraguay en puertas de una recesión. Proponemos poner el zoom de la cámara en “modo lejos” y ver más allá, hacia la economía extra regional. Al hacerlo, nos encontramos con algunos periodistas especializados en economía que ven señales de alarma en Estados Unidos, China y la Unión Europea. Hay quienes indican que la economía global se encuentra actualmente en territorio de mucha incertidumbre. Otros, más pesimistas, ven unos serios nubarrones grises. Parece que todos están de acuerdo en algo: se observan señales de desaceleración de la actividad económica y existe poca claridad sobre el comportamiento futuro de varias economías de peso en el concierto internacional[1].
En Europa, la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea (Brexit) sin acuerdo claro entre las partes, y la caída de la actividad económica en Alemania, mantiene cautelosos a inversores a un lado y otro del Canal de la Mancha. China, uno de los motores del crecimiento global de la última década, ha constatado su desaceleración y se encuentra librando una batalla comercial con Estados Unidos, con ataques y contraataques, tweets y retweets. A su vez la Reserva Federal de Estados Unidos, que se había mostrado cautelosa, recortó la tasa de interés por segunda vez en dos meses, contribuyendo al escenario financiero de incertidumbre.
Además de algunos partidos en recientes Copas del Mundo y el Graf Spee (hundido en 1939), el lector podría preguntarse qué tiene que ver Uruguay con Alemania y Gran Bretaña y cómo sus pormenores, como el Brexit, pueden afectarnos.  O ¿qué tiene que ver Uruguay con China, Estados Unidos y una “batalla comercial”? Podemos mencionar al menos dos buenas razones. Por un lado, los datos de comercio de Uruguay muestran que cerca del 26% de las exportaciones en 2018 tuvieron como destino China, un 18% la Unión Europea y otro 7% Estados Unidos, en conjunto, la mitad del valor exportado. Una desaceleración en estas economías podría implicar un pobre dinamismo de la demanda internacional y por tanto un bajo crecimiento económico en Uruguay. Por otra parte, un panorama financiero inestable vuelve cautelosos a inversores y los vuelca a inversiones seguras y poco exóticas (pensemos que para un habitante de una ciudad de Estados Unidos tipo Springfield, Uruguay es una inversión exótica y remota). 
Una estrategia clara para navegar en estas aguas revueltas se vuelve clave si no se quiere terminar como el Graf Spee. El panorama internacional descrito nos indica que al próximo gobierno se le presentan por lo menos dos importantes desafíos. Por un lado, cómo lidiar con la volatilidad de los mercados, su aparente irracionalidad, lo impredecible de las noticias financieras y el impacto sobre variables clave de la economía doméstica como el dólar de las pizarras. Otro desafío se presenta en cómo asignar y distribuir recursos entre los distintos actores sociales en un escenario de bajo dinamismo de la demanda internacional.
La volatilidad de los mercados financieros y los rápidos cambios de rumbo de política económica internacional demandarán de destreza y resolución en la toma de decisiones estratégicas al gobierno que resulte electo. Los partidos tradicionales se esfuerzan por trasmitir que dicho gobierno será de coalición, aunque es cierto que lo hacen con diferente entusiasmo y sin definir su alcance. La última coalición de partidos tradicionales que conocemos asumió en 2000, incluyendo miembros de ambos partidos en el gabinete. Ese gobierno enfrentó un escenario adverso nacional e internacional, y esa coalición mostró que desde los inicios de las turbulencias el partido minoritario tuvo incentivos para abandonarla, lo que finalmente sucedió a fines de 2002. ¿Qué nos hace pensar que esta vez esos mismos incentivos no estarán presentes? ¿Qué nos hace pensar que esta vez una coalición de partidos tradicionales será estable y a prueba de incertidumbre? Más aun considerando la actual fragmentación de la oposición. El Frente Amplio, que se define a sí mismo como coalición y movimiento, ha logrado la necesaria estabilidad para timonear el barco en aguas turbulentas internacionales como las de 2008, y también en las regionales actuales, demostrando así tener las capacidades y herramientas necesarias tanto a nivel de gobierno como de fuerza política.   
El otro gran desafío del próximo gobierno es la distribución de recursos en un escenario de escaso dinamismo de la demanda internacional. Algunos candidatos trasmiten su confianza en el automatismo del mercado y en la minimización de la participación del Estado en la actividad económica para asignar recursos de manera eficiente. Sin embargo, episodios pasados de similares características en nuestro país, como en 1970 o fines de 1990, trajeron aparejados importantes pérdidas para los trabajadores. El primero con un ajuste salarial tan fuerte como innecesario para mantener el crecimiento del PIB per cápita, y el segundo motivado por una idea de derrame hacia los sectores vulnerables que en su lugar consolidó un escenario de crecimiento con desigualdad[2]. En contextos de bajo crecimiento, los costos de los ajustes pueden ser grandes y el accionar del libre mercado podría no garantizar una distribución eficiente ni igualitaria de los recursos. No se trata entonces de asignar al Estado un rol de “parche” ante fallas de mercado (ni crear un Estado “con poderes sobrenaturales” para regular todo el mercado) sino otorgarle un papel inteligente que garantice las condiciones para el desarrollo económico y social del país, aún en contextos de inestabilidad internacional.
El futuro y el presente están cargados de desafíos, la experiencia acumulada en estos años, una agenda innovadora y la capacidad de alinearse detrás de políticas con un objetivo común, ubican al Frente Amplio como la mejor opción de gobierno para promover las políticas necesarias y sortear así las dificultades de los tiempos que se vienen.


Oriana Montti 
Guillermo Santos




[1] Ver por ejemplo Financial Times 17/8/19, El País de Madrid 20/8/19, 5/9/19.
[2]Para un análisis detallado del crecimiento económico de la década de 1960 y 1970, ver “Crecimiento y estancamiento económico en Uruguay”, Martin Rama en “Economía política en Uruguay. Instituciones y actores políticos en el proceso económico”. dECON – CINVE – ICP, Trilce, Montevideo, 2003.

viernes, 20 de septiembre de 2019

Ecomité producciones presenta...


Datos Y Opinión

Un blog del Ecomité


Ustedes ya saben que las campañas nos encantan. Nos ponemos creativas y a veces un poco pillas también.

Por eso ahora hicimos un blog. Para darnos un nuevo espacio de expresión y crear un nuevo canal de comunicación. Diferente a lo que hacemos siempre en las redes, esta vez queremos explayarnos un poco más en los contenidos y, por su puesto, en las opiniones.

Esta nueva producción del Ecomité busca ser un aporte a la campaña hacia un nuevo gobierno frenteamplista. Sin perder lo bueno, para hacerlo mejor.

Nos leemos.