jueves, 21 de noviembre de 2019

Dos pasos al frente


Hace pocos días, un colectivo de militantes produjo un video brillante, basado en otros similares de otros países, en los que se ejemplifica por medio de una carrera, tanto las desigualdades de partida que enfrentan las personas como el efecto de las políticas públicas sobre esas desigualdades[1].
No es necesario agregar nada más luego de verlo y es poco lo que uno puede añadir, pero al fin y al cabo cada uno se expresa como puede y no como quiere, así que en esta breve columna quiero aportar algunas reflexiones y unos pocos números que puedan enriquecer el debate.
Lo primero que me parece relevante destacar es que el video ubica la discusión en el terreno donde debe estar. Reducir la desigualdad es un objetivo de las políticas por muchas razones, algunas instrumentales (porque es “bueno” para otras cosas), pero sobre todo porque es justo. Las políticas redistributivas no son ayudas, son esfuerzos para eliminar una injusticia. 
Un buen ejercicio para pensar en esto de la justicia es el “velo de la ignorancia” de John Rawls. Piense que usted va a empezar su vida de cero, y no sabe dónde va a estar: si va a vivir en un asentamiento o en Carrasco; en Montevideo u otro departamento; si su familia va a tener educación terciaria o no; no sabe su sexo, ni si va a tener una discapacidad. Le puede tocar en cualquier lado. Ahora responda: ¿qué tan desigual quiere que sea esa sociedad en la que va a aparecer? Tómese un minuto. La respuesta puede sugerirle qué tipo de sociedad considera justa.
En general, si uno no sabe dónde le va a tocar, aun siendo egoísta, probablemente prefiera aterrizar en una sociedad relativamente igualitaria en la que todos tengan efectivamente posibilidades reales de realizarse. Si el lugar donde va a aparecer es Uruguay, arriesgarse a venir sin saber dónde le toca es una timba: para muchos y muchas, la carrera se hace muy cuesta arriba por razones que nada tienen que ver con ellos, como ejemplifica elocuentemente el video.
Las políticas públicas en Uruguay han logrado reducir la desigualdad, que no es otra cosa que reducir la injusticia. La desigualdad creció durante 15 años hasta llegar a sus máximos valores en 2007-2008; en ese punto se inició un período de reducción sin precedentes.
Fuente: elaboración propia en base a Encuesta Continua de Hogares del INE.
Esa reducción de la desigualdad nos permitió recorrer más de un tercio de la distancia que nos separaba de los países más igualitarios del mundo[2]. Es un logro impresionante, sobre todo luego de un larguísimo período de aumento lento pero sistemático de la desigualdad.
Y la desigualdad cayó porque la hicimos caer. Se dieron múltiples fenómenos que, combinados, permitieron esa caída abrupta. El aumento del empleo y los salarios generaron un aumento de la masa salarial. Los consejos de salarios, el aumento del salario mínimo, la reforma de las Asignaciones Familiares y la Tarjeta Uruguay Social permitieron un rápido crecimiento de los ingresos más sumergidos mientras que el IRPF permitió moderar la velocidad a la que crecían los ingresos más altos cerrando así un movimiento de pinzas: al final todos los ingresos crecieron, pero mucho más rápido los más bajos. La desigualdad empezó a ceder. En su punto más alto, el 10% de las personas de más ingresos ganaban casi 20 veces más que el 10% más pobre. Hoy esa relación es de 11. La reducción de la desigualdad fue tan dramática como lo es la desigualdad que aún persiste.
Volviendo al video, más allá del punto de partida hay que considerar también qué pasa al final de la carrera: importa tanto de qué lugar partimos como el premio que obtenemos al llegar. ¿De qué sirve salir del mismo lugar si el ganador se queda con todo? En Uruguay, los ganadores no se quedan con todo, pero sí con bastante. El 1% de mayores ingresos percibe el 14% del total. Es lo mismo que todo el 40% más pobre combinado. Los individuos de ese “top 1%” ganan pues, 40 veces más que los del 40% más pobre[3]. Tal vez sean más talentosos, más productivos o más trabajadores. Pero, ¿40 veces más? ¿Trabajan 40 veces más? ¿Son 40 veces más inteligentes? ¿O será que la combinación del lugar de largada y la forma en que el mercado define los “premios” genera este resultado? Si vemos patrimonio (casas, tierra, empresas) es peor. El top 1% (unas 25.000 personas) tiene más de 1/3 de la riqueza total. El 50% más pobre, poco más de un 5%. Se necesitan 6 o 7 de esas “mitades pobres” juntas para llegar a la riqueza de ese único top 1%[4].
Estos números muestran varias cosas que el video ya decía mejor y más claro: que las políticas importan, que hemos logrado bajar la desigualdad, y que falta muchísimo aún. El 24 de noviembre cada uno va a decidir su voto por una infinidad de motivos. Muchos no van a votar al Frente Amplio, y sus razones tendrán. Pero que la justicia no sea una de ellas. Porque errores han sobrado, pero que avanzar hacia una sociedad más justa fue siempre el desvelo, no puede ponerse en duda. 
Mauricio de Rosa






[1] https://www.youtube.com/watch?v=0DCQR_96-oA&feature=youtu.be
[2] De acuerdo a datos del INE, el índice de Gini, que mide la desigualdad (cuanto más alto más desigualdad), bajó de 0.45 en 2007 a 0.38 en 2018. Esa reducción de 0.07 puntos, equivale a un tercio de la distancia que nos separa de los países del norte Europa, con ínidices de Gini de aprox. 0.25-03.
[3] Los datos provienen de este trabajo del Instituto de Economía: 

https://ideas.repec.org/p/ulr/wpaper/dt-03-15.html 
[4] Los datos provienen de mi Tesis de Maestría:  http://piketty.pse.ens.fr/files/DeRosa2019.pdf

miércoles, 20 de noviembre de 2019

¿Cuál ha sido el aporte de los gobiernos del Frente Amplio a la descripción económica del turismo en Uruguay?


Cuando los analistas nos enfrentamos a interrogantes como ¿cuál ha sido el aporte económico del turismo en un determinado país?, lo primero que hacemos es buscar los datos disponibles sobre la evolución del sector.  
¿Cuáles son los datos que necesitamos para aproximarnos al análisis del impacto económico del turismo en un país?
Una lista no exhaustiva podría ser:
1.     Número de visitantes residentes en el exterior ingresados al país (turismo receptivo)
2.     Gasto turístico real de este tipo de visitantes
3.     Número de visitantes residentes que hicieron turismo dentro del país (turismo interno)
4.     Gasto turístico real de este tipo de visitantes
5.     Producto Bruto Interno Turístico
6.     Número y características de los empleos generados por el Turismo
También interesaría disponer de cierta información adicional. Por ejemplo, sobre la descripción de la cadena de valor turística, la existencia de planes estratégicos específicos para el sector, de programas regionales para el fomento del turismo, la disponibilidad de datos regionales, de datos sobre la oferta turística, sobre el nivel de inversiones, entre otros.
Si ahora nos concentramos en el período comprendido entre los años 2005 y 2019, ¿cuáles de esos datos estaban disponibles? Y en los casos en que no estuvieran disponibles, ¿qué se estaba haciendo para obtenerlos?
En primer lugar, de la lista previa las variables disponibles eran 1 y 2. Las variables 3 y 4 existían sólo para el año 2000, por lo que no era posible analizar este tipo de turismo, su evolución y mucho menos su impacto económico. Por último, no existía información sobre el Producto Bruto Interno Turístico, ni sobre el número ni características de los empleos generados por el turismo en Uruguay.
Sobre el Producto Bruto Interno Turístico, en el año 2004 un estudio realizado por la Facultad de Ciencias Económicas y Administración de la UdelaR analizó la viabilidad de obtener estadísticas sobre el Producto Bruto Interno Turístico. Una de las principales conclusiones de aquel estudio fue que era posible obtener la mencionada variable si se procedía a mejorar las estadísticas turísticas disponibles y a obtener aquellas que no lo estaban. Antes de terminar la investigación, en el año 2004, se mantuvieron entrevistas con el Ministerio de Turismo las cuales lamentablemente culminaron sin éxito, truncando la posibilidad de obtener información sobre el aporte del turismo al PIB del Uruguay.    
En el año 2005 bajo el primer gobierno del Frente Amplio, hubo una nueva percepción y se entendió necesario contar con más y mejor información: se decidió trabajar en la implementación de la Cuenta Satélite de Turismo. Como resultado de aquella decisión, Uruguay dispone de una serie sobre el PIB turístico desde el año 2008 hasta la fecha.
Por otro lado, no se disponía de información sistemática sobre el papel del turismo interno y sus características. Sólo existía una investigación puntual para el año 2000, pero al carecer de una serie histórica, no era posible analizar este tipo de turismo, ni sus efectos sobre la economía del país. A partir del año 2007, se implementa sin interrupciones un módulo sobre turismo interno en la Encuesta Continua de Hogares, que elabora el Instituto Nacional de Estadística, y desde ese momento se conoce la relevancia de este tipo de turismo, se puede analizar su evolución, así como su impacto económico.
Tampoco se disponía de información sobre el número de empleos generados por el turismo en nuestro país, y mucho menos una descripción de sus principales características. Por ejemplo, en qué parte del territorio se generan, en qué actividades de la cadena de valor turística: alojamiento, alimentación u otros, si se trata de empleos formales o informales, si se cuenta con otro empleo. En este caso también fue a partir del año 2008 cuando se empezó a trabajar y a relevar información sobre un tema por demás relevante para el turismo de nuestro país como lo es la generación de empleo.
Por último, Uruguay no disponía de ningún trabajo que permitiera visualizar quiénes son los actores que están vinculados directa o indirectamente al turismo. Una vez más, fue en el año 2011 y bajo el gobierno del Frente Amplio que se realizó la primera descripción de la Cadena de Valor Turística en Uruguay.
Ahora bien, hasta aquí hemos mencionado la existencia de importantes lagunas de información sobre el turismo en nuestro país y hemos señalado cómo los diferentes gobiernos del Frente Amplio han trabajado para lograr una mejor descripción económica del turismo en el Uruguay.
Llegados a este punto, podemos reflexionar mediante un paralelismo, entre el aporte del turismo a la economía de nuestro país y el aporte que los trabajadores de un hogar hacen a la economía familiar. Supongamos que el hogar no dispone de información sobre el monto total que recibe por conceptos de salarios, ni dispone de información sobre las cuentas que debe pagar cada mes, ni sobre sus posibilidades de ahorro y/o necesidades de financiamiento. En ese contexto, de fuerte incertidumbre y total desconocimiento sobre las variables que afectan la economía del hogar, no será posible decidir de la mejor manera dónde trabajar, cuántas horas, cuánto del ingreso destinar a consumo o cuánto destinar al ahorro, y mucho menos cómo obtener mejores opciones de financiamiento. En otras palabras, no se estará en condiciones de decidir los pasos a seguir en la economía familiar para brindar un mejor futuro a las generaciones venideras.
Ahora, si hacemos el mismo razonamiento pensando el turismo en Uruguay, vemos que en los años anteriores al 2005, no se disponía de la información mínima necesaria para gerenciar adecuadamente una de las principales actividades económicas de nuestro país. No se conocía su aporte al PIB, no se disponía de información sobre el turismo interno, ni se tenía idea sobre el nivel de empleo generado y, lo que es peor, no se conocían sus características. A partir de aquí podemos concluir que previo a los gobiernos del Frente Amplio, Uruguay carecía de los elementos mínimos e indispensables para mejorar el impacto del turismo en la economía, o lo que es lo mismo, mejorar la calidad de vida de las uruguayas y los uruguayos que están involucrados con el turismo.
Es así que encontramos una razón más, que se hace más fuerte para aquellos ciudadanos que viven en departamentos donde la actividad turística es económicamente relevante, para dar un voto de confianza a un nuevo gobierno del Frente Amplio.

María José Alonsopérez Chiossi
Máster en Economía y Gestión del Turismo Sustentable, Universidad de Siena - UdelaR